Salamandra nocturna

Salamandra nocturna

martes, 8 de mayo de 2012

Signatura 400

Título original: Le cote 400
Año de nacimiento: 2011
Autora: Sophie Divry

"Una biblioteca es una cosa muy jerarquizada ... literatura francesa, historia: ahí tiene a la aristocracia, a la nobleza cortesana. En el mismo círculo tiene a los destronados de la filosofía y las religiones. Y luego a los marqueses de poca monta de las lenguas extranjeras. Un poco antes, los tonsurados de la sección de ciencias económicas y sociales, la nobleza de toga. Justo por debajo se pavonea la burguesía de las revistas y las gacetas, qeu siempre debate pero nunca actúa. Al lado, ciudadela inexpugnable, el bajo clero de la sección infantil. Y no hablemos de las zonas francas devueltas a los discos y los DVD, son unos advenedizos. Pero, más abajo aún, al final del todo, el proletariado, se lo digo yo, la sección de ciencias, geografía, informática, ocio, diccionarios y guías de viaje... ¿De qué sirvió guillotinar a Luis XVI si luego nos desprecian así?"


Estoy indignado. Como la protagonista de este libro y por el mismo motivo: la irracionalidad académica. No sé si sabrán que en el sistema adoptado para la clasificación de los libros en distintas temáticas se pasa de la signatura 300 (Ciencias sociales) a la 500 (ciencias exactas y naturales), dejando en la 400 una vacante que desafía toda lógica y todo orden racional.

Podrá parecer una tontería propia de un neurótico obsesivo (cosa que a veces soy), pero no soporto este tipo de cosas. La corriente eléctrica no va del polo positivo al negativo, me dan igual las convenciones que tuvieran los científicos antes del descubrimiento del electrón; las aves son reptiles por muy diferentes que nos parezcan y si no tienes una maldita categoría para rellenar tu clasificación decimal, dejas vacía la signatura 900 o la 000, no la 400.

Una vez dicho esto, he de decir que este pequeño librito lo disfrutarán todos aquellos que hayan fantaseado alguna vez con la idea de ser bibliotecarios (me vuelvo a confesar culpable) así como a los que no pueden callarse la boca y por todo protestan. Ambos se sentirán identificados con esta anónima monologuista obsesionada por el orden, amante de los libros y de las nucas, tímida desvergonzada y crítica implacable de la sociedad.

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