Salamandra nocturna

Salamandra nocturna

lunes, 20 de agosto de 2012

El contrato social

Título original: Du contract social; ou principes du droit politique.

Año de nacimiento: 1762

Autor: Jean Jacques Rousseau



"¿Cómo puede un hombre o un pueblo apoderarse de una inmensa porción de terreno y privar de ella a todo el género humano, sin cometer una usurpación digna de castigo, puesto que quita al resto de los hombres la morada y los alimentos que la naturaleza les ofrece?"




En boca de todos pero por pocos leído, nos hallamos ante uno de los mayores pilares de la Filosofía Política. Ciertamente adelantado a su tiempo, en sus páginas abundan comentarios bien afilados contra dios, el rey, la patria y lo que se tercie.

Con un pueblo airado contra sus carroñeros expropiadores y sus corruptos dirigentes, con un gobierno retrógrado, impopular, inepto y que no cumple ninguno de sus compromisos electorales y representativos, con un partido opositor connivente, blando y permisivo, con un rescate en ciernes que significará nuestra perpetua esclavitud a intereses ajenos, con el agua al cuello de una deuda que no hemos contraído pero que nos obligan a pagar a nosotros, con una sanidad, una educación y una justicia pública agonizantes; con los primeros brotes de legítima insurgencia alumbrando el noticiario; con, espero, una posible revolución en ciernes. Con todo eso, el contrato social, no es que esté roto: ha sido despedazado, ignorado y pisoteado. Ahora nos toca hacer arder sus restos y quemar a los que lo incumplieron. Una pira de billetes y de escaños y de trajes y de secretos y de mentiras. Quizá las cenizas abonen esta tierra malherida y asqueada de sus hijos.

martes, 14 de agosto de 2012

Farmacología de Velázquez

Título original: Farmacología básica y clínica

Año de nacimiento: 1930

Autor: VVAA

"El sentido primario de "terapéutica" no es el de tratamiento, sino el de cuidado (de ahí que una palabra derivada de la misma raíz, therapaina, signifique en griego esclava). y este cuidado no está básicamente relacionado con la medicna sino con la religión. Therapeuo designa el cuidado que presta un sirviente, los honores tributados a un dios o a un personaje importante y, sólo en última instancia, el cuidado de un enfermo. Este último es el sentido que tiene en la tradición hipocrática, en la que, sin embargo, siguió distinguiéndose entre therapeuo (tratar o ayudar al enfermo) y iaomai (tratar médicamente). Diríase que con el primero se quiere significar especialmente el cuidado humano del enfermo, en tanto que con el segundo se hace referencia a la ayuda médica técnica"

Con estas palabras dedicadas a la etimología empieza el Velázquez, particular y arduo infierno para todos los estudiantes de Medicina de varias universidades. Entre ellas se encuentra la de Valladolid, en la que imparte clase su emérito discípulo, esperpéntico personaje y odiado profesor: Alfonso Velasco.

Genio, loco y capullo a partes iguales, en sus clases (en las que se debe estar "como en misa antes del Concilio Vaticano II") tan pronto habla de las propiedades de un fármaco, como escribe su composición química ("vergonzosamente sencilla") en la pizzarra, habla de la historia de las zonas geográficas donde crece la planta de la que se recolecta, o decide contar chascarrillos médicos sobre cierto célebre ginecólogo vallisoletano.

Erudito, más que medio ciego y soberbio cual Lucifer, menciona más médicamentos obsoletos que vigentes y al escucharle puedes imaginar que estás oyendo al mísmisimo Paracelso hablar de remedios alquímicos (semilla sagrada, jarabe de ipecacuana, aloe vera). Es el "último gran enciclopedista de la farmacología española", fascinado por los venenos, por el efecto de los más variados fármacos inyectados en el pene de ratones (algunos de los cuales producen "erecciones que más quisieran algunos de ustedes") y por el sacrificio anual de conejos en nombre de la docencia, ahora mismo estará en su despacho, inaccesible  a Agosto y a la felicidad, escribiendo incansable en su Olivetti y esperando a la nueva camada de estudiantes a los que despellejar.

Adios Velasco, yo ya he aprobado.

martes, 8 de mayo de 2012

1q84

Título original: 1q84

Año de nacimiento: 2010

Autor: Haruki Murakami


"Cuanto más nos esforzamos por convertirnos en seres perfectos y bondadosos, más aclara la Sombra su propósito de ser oscura, malvada y destructiva. Cuando las personas intentan superarse para ser perfectas, la Sombra desciende al infierno y se convierte en el Diablo. Ello se debe a que el hecho de que las personas se conviertan en algo superior o algo inferior a ellas mismas es igual de pecaminoso"





Excesivo. Es la mejor palabra que se me ocurre para definir este libro. De sus más de 1000 páginas se podría eliminar un tercio sin gran pérdida para el lector.

Me da la impresión de que Murakami hace cuentos con vocación de novela y novelas que no son más que cuentos estirados hasta la traslucidez. Y aun así, pese a este despliegue desmesurado de líneas, terminas de leerlo y (yo al menos) todavía no has captado del todo (con suerte) cuáles son exactamente las reglas del mundo que ha creado el autor, o el sentido oculto de la novela o qué se yo. Mucho menos esperes un final cómodo y cerrado. Entiendo que esto, esta escritura enigmática, etérea, gaseosa, es parte del encanto del autor, pero esta vez se ha pasado. 1q84 es una suerte de mundo paralelo en el que, mitad por accidente, mitad por destino, se han colado los protagonistas. En el viven unos seres cuasidivinos (o cuasidemoníacos) llamados little people, que están en perpetua batalla con otra "fuerza" cuya naturaleza nunca se determina en la novela. A partir de aquí el autor despliega un embrollo de conceptos (perceiver, receiver, mother, daughter) que queda explicado mal y a medias y que, sospecho, ni el propio Murakami ha terminado de comprender ni desarrollar.

Todo esto sirve de telón de fondo a, como no, una bonita historia de amor, aunque sembrada de muchos y muy trágicos sucesos. Violaciones, malos tratos, asesinatos y suicidios se suceden por la historia, aunque a mi me produjo bastante más desasosiego (y una mucho mejor impresión) Kafka en la orilla.

En definitiva, últimamente Murakami me está decepcionando. El mencionado Kafka en la orilla fue su segundo libro que leí y por ahora ningún otro ha conseguido acercársele. 1q84, aunque mejor que sus cuentos, no es, desde luego, la opera magna de Haruki Murakami.

La peste bucólica

Título original: La peste bucólica

Año de nacimiento: 2003

Autor: Alejandro Cuevas

"Es curioso -dice Ñ- que cuando hablamos de pulsaciones nos podamos estar refiriendo tanto a nuestro ritmo cardíaco como a la velocidad con la que derramamos nuestros pensamientos sobre un teclado. Escribir, por tanto, es hacerse un electrocardiograma sin el engorro de acudir a un hospital"






Encontré este libro por pura casualidad, en una de esas tardes ociosas que transcurren paseando las manos por los estantes de una librería. Fue una afortunada coincidencia, ya que descubrí a un autor nuevo para mi que, creo, tiene mucho que ofrecerme en el futuro.

La historia (o, mejor dicho, historias) transcurren en la siempre gris y siempre borrascosa ciudad Gómez, la cual no puedo evitar que me recuerde constantemente a la también bastante gris aunque menos lluviosa Valladolid natal del autor y putativa de un servidor.

En ciudad Gómez una terrible epidemia está haciendo que sus ciudadanos sientan, creen e incluso piensen por si mismos, terminando su agonía en una expiración de blancos lepidópteros. Ante tal atrocidad se decreta el aislamiento provisional para evitar la propagación de la epidemia y se prohíben los libros de poesía bajo pena capital. En medio de toda esta situación un novelista contratado por un millonario excéntrico para escribir relatos únicos se dedica a biografíar las peripecias del excéntrico empleado de una funeraria que tiene un plan para crear un ejército de descendientes modélicos, rectos y ordenados.

De una originalidad sorprendente, un humor desternillantemente diferente y una profundidad inesperada, esta novela destila inteligencia e ingenio en cada página. Una grata sorpresa, habrá que leer más libros de Alejandro Cuevas.

Signatura 400

Título original: Le cote 400
Año de nacimiento: 2011
Autora: Sophie Divry

"Una biblioteca es una cosa muy jerarquizada ... literatura francesa, historia: ahí tiene a la aristocracia, a la nobleza cortesana. En el mismo círculo tiene a los destronados de la filosofía y las religiones. Y luego a los marqueses de poca monta de las lenguas extranjeras. Un poco antes, los tonsurados de la sección de ciencias económicas y sociales, la nobleza de toga. Justo por debajo se pavonea la burguesía de las revistas y las gacetas, qeu siempre debate pero nunca actúa. Al lado, ciudadela inexpugnable, el bajo clero de la sección infantil. Y no hablemos de las zonas francas devueltas a los discos y los DVD, son unos advenedizos. Pero, más abajo aún, al final del todo, el proletariado, se lo digo yo, la sección de ciencias, geografía, informática, ocio, diccionarios y guías de viaje... ¿De qué sirvió guillotinar a Luis XVI si luego nos desprecian así?"


Estoy indignado. Como la protagonista de este libro y por el mismo motivo: la irracionalidad académica. No sé si sabrán que en el sistema adoptado para la clasificación de los libros en distintas temáticas se pasa de la signatura 300 (Ciencias sociales) a la 500 (ciencias exactas y naturales), dejando en la 400 una vacante que desafía toda lógica y todo orden racional.

Podrá parecer una tontería propia de un neurótico obsesivo (cosa que a veces soy), pero no soporto este tipo de cosas. La corriente eléctrica no va del polo positivo al negativo, me dan igual las convenciones que tuvieran los científicos antes del descubrimiento del electrón; las aves son reptiles por muy diferentes que nos parezcan y si no tienes una maldita categoría para rellenar tu clasificación decimal, dejas vacía la signatura 900 o la 000, no la 400.

Una vez dicho esto, he de decir que este pequeño librito lo disfrutarán todos aquellos que hayan fantaseado alguna vez con la idea de ser bibliotecarios (me vuelvo a confesar culpable) así como a los que no pueden callarse la boca y por todo protestan. Ambos se sentirán identificados con esta anónima monologuista obsesionada por el orden, amante de los libros y de las nucas, tímida desvergonzada y crítica implacable de la sociedad.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Ready Player One

Título orignial: Ready player one

Año de nacimiento: 2011

Autor: Ernest Cline




-Eres mala. Supongo que ya lo sabes- le dije.
Ella sonrió y negó con la cabeza.
-Caótica neutral, cielo.







A veces está bien una pequeña golosina en forma de libro; eso es Ready Player One. Evidentemente, no es la mejor novela del mundo: la trama es previsible, los personajes son bastante planos, no es que esté escrito que de gusto y sospecho que la traducción deja mucho que desear. Sin embargo el tema es original (nunca pensé que la ciencia ficción y lo retro se pudieran fusionar de esta manera), el argumento te va enganchando y de vez en cuando el autor suelta un comentario agudo que te deja pensando ¡Coño, este tío no es tonto!

En definitiva, una opción no genial pero si decente para pasar el rato e intercalar entre libros de más enjundia.

jueves, 9 de febrero de 2012

Si te comes un limón sin hacer muecas

Título original: Si menges una llimona sense fer ganyotes

Año de nacimiento: 2006

Autor: Sergi Pàmies


Era un libro tan amarillo que tenía que leerlo.