Salamandra nocturna

Salamandra nocturna

lunes, 7 de febrero de 2011

Del amor y otros demonios.

Autor: Gabriel García Márquez
Año de nacimiento: 1994
Lugar de nacimiento: Macondo.





Los troncos de los cabellos le brotaban como burbujas en el cráneo rapado, y se les veía crecer.









Yo escuché el corazón de Sierva María croar como un anfibio en celo. Yo sentí su alma de salamandra envuelta en una melena de llamas. Yo entreví los múltiples demonios que habitaban en su sangre, que era como un rojo jugo de jungla.

De no ser por su pelo, nada sabría de su vida. Pero en cuanto entré en su habitación, cada uno de sus rubios cabellos clamó un sugundo de su historia, implacables. Parecían un coro de libélulas retorciéndose, conjurando un hechizo en el idioma corporal de los insectos.

Y así, en un instante, se me reveló con una sola imagen toda la historia de aquella desgraciada niña.

Supe que mamó leche negra plagada de fuerzas ignotas y eso le permitió ver los espíritus que pueblan cada piedra y cada fibra de este mundo embrujado. Supe que ningún blanco la entendía, porque su mente hablaba yoruba y su lengua se negaba a pronunciar en cristiano otra cosa que no fueran mentiras. Supe que tenía más fuerza para amar y para vivir que cualquiera de nosotros, y supe que eso la mataría.

Me llamaron para curarla de la rabia, pero el mal que la aquejaba era muy distinto y no era suyo, sino del resto. Nada pude hacer para salvar su vida, ya que otros andaban demasiado empeñados en salvar su alma y su honra.

El eclipse sería su marca y su signo, pues habría de alcanzar el cénit en el ocaso.

Que todos los demonios la acojan en su seno.


Fdo: Abrenuncio de Sa Pereira Cao.

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